Raíces: reconciliar el pasado a través de las Constelaciones Familiares
Ama tus raíces, despliega tus alas y vuela alto, hasta el infinito y más allá y cuando necesites reposar, regresa a casa, donde el amor que sembraste permanece. María Martínez Calderón
Raíces es un proyecto que muestra la importancia de que todo lo que pasó en nuestro sistema familiar no se pierde. Es la materia prima que forja las cualidades y potenciales que dan origen a los dones y talentos de todos los seres que venimos formando parte de esa plantilla energética. Plantilla que todo lo registra para escanear lo que ha dado vida y repetirlo y lo que ha dado como resultado muerte, evitarlo.
Cuando la vida se nos hace difícil y nos da síntomas, es el momento de ponernos en acción, para encontrar los recursos que nos van a ayudar a liberar lo que en nuestras raíces se quedó bloqueado, evitando que lo que nos nutre llegue a ramas, hojas y pueda dar frutos.
Todos estamos expuestos a esas dificultades que hacen que vivamos desde un lugar de preocupación, decepción, vergüenza, dolor… en fin, de desamor. Paradójicamente a causa de un “amor ciego” hacia alguien que consideramos víctima en contraposición con alguien que consideramos culpable o “malo”.
Los sistemas no entienden de separación. Para que la familia se haya configurado como lo ha hecho, han sido necesarios todos los componentes de la misma. Así como ha sido forma parte de esa trama que pretende dar visibilidad para que el orden se pueda manifestar y el amor se pueda encontrar en el corazón de cada individuo que conforma el sistema familiar.
Entiendo que cuando algunos miembros han sido tan rebeldes que han generado mucho ruido e incapacidad para gestionar los enredos que se iban generando a su alrededor, repito entiendo que los que rodean a ese personaje sean incapaces de saber cómo gestionar tremenda manifestación de abruptos acontecimientos.
Pero desde las constelaciones familiares, hemos podido constatar miles de veces que los “malos” en realidad son aquellos que, por amor, hacen grandes los síntomas que están sin reconocer y sin sanar dentro de las familias.
Si a un árbol le cortas parte de sus raíces lo que va a ocurrir es que se va a desvitalizar y le va a costar mucho rehacerse y sobrevivir. Así, cuando en las familias desvalorizamos, juzgamos o excluimos a alguien que también es representante de nuestras raíces, entonces todo el sistema se resiente y para todos es más complejo seguir avanzando y que nos vaya bien en nuestros propósitos.
Veremos que algunos se exceden en su actuar y, al contrario, otros no tienen energía para moverse y avanzar.
A unos les va más o menos bien en sus relaciones afectivas y otros no consiguen tener pareja o gestar a sus hijos.
Otros tendrán éxito profesional, a veces a costa de su salud y otros no van a encontrar trabajo.
Así se observan las familias en desequilibrio y entonces es el momento de empezar a ver qué es lo que los síntomas nos están contando y ponernos en acción.
Las constelaciones familiares nos facilitan el escenario donde a través de representantes se va dibujando la trama que nos ha llevado a vivir las situaciones que nos están generando malestar. A través de vislumbrar los movimientos que por incapacidad o ignorancia quedaron interrumpidos y mediante algunas frases de reconocimiento por lo que pasó, se va restableciendo el orden que va a crear nuevos canales a través de los cuales la savia estancada pueda encontrar un cauce libre para fluir y nutrir adecuadamente a todos los miembros por igual.
Conseguir ese orden nos aporta bienestar, nos libera de cargas y permite que la vida pueda ser celebrada con amor por todo y por todos.