Desde un camino de sanación sistémica
¿Quién serías si dejaras de repetir historias que no son tuyas?
¿Qué versión de ti mismo emergería si pudieras soltar las cargas del pasado y mirar hacia adelante con confianza?
En el corazón hay una verdad poderosa: cuando el pasado es honrado, el futuro florece.
Una mirada desde las constelaciones familiares
Desde el enfoque terapéutico de las constelaciones familiares, comprendemos que cada persona está profundamente influenciada por su sistema familiar: su historia, sus heridas, sus secretos y también su fuerza. Muchas de nuestras decisiones actuales, incluso aquellas que no entendemos del todo, están marcadas por lealtades invisibles hacia nuestro linaje familiar. Estas lealtades pueden manifestarse como: Miedo al éxito: si alguien antes fue excluido por tener poder. Dificultad para avanzar: si algún miembro de la familia quedó atrás o fue olvidado. Incapacidad de disfrutar: si el dolor de nuestros ancestros sigue no reconocido.Pero hay una buena noticia:
El presente es el único lugar donde podemos transformar el pasado y abrirnos al destino que realmente nos corresponde. En los procesos terapéuticos sistémicos, trabajamos con una imagen viva y poderosa: la del Yo de mi mejor futuro. No se trata de una fantasía idealizada, sino de un recurso interno que ya habita en nosotros, esperando ser despertado. Este Yo representa: La versión más plena, libre y auténtica de quien soy. El fruto de una vida reconciliada con su historia. Un punto de referencia que me guía hacia mis elecciones más verdaderas. A veces, en las constelaciones, colocamos al Yo del futuro como una figura en el campo de representación de la constelación, para ver qué lo separa de la persona actual. Lo que descubrimos suele ser revelador: aparece el miedo, la culpa, la imagen de un padre o una madre heridos, o incluso un destino repetido de generaciones anteriores, incluso en alguna ocasión nos sale algún tema de vidas pasadas. (como por ejemplo unos votos de castidad, pobreza y obediencia realizados en una vida anterior donde la cliente había sido monja) Pasado, presente y futuro: una danza sistémica Desde esta visión terapéutica, el tiempo no es lineal. El pasado sigue vivo en nuestros vínculos; el futuro se moldea desde la calidad de la presencia que habitamos hoy. Y el presente, cuando se llena de conciencia, puede convertirse en un punto de transformación profunda.- El pasado necesita ser reconocido.
- El presente necesita ser habitado.
- El futuro necesita ser elegido.