Muchos son los autores que están introduciendo el trabajo somático en psicoterapia. Todo un avance en el entendimiento de cómo el Sistema Nervioso influye en nuestra gestión psicoemocional. Diferentes estudios han llegado a la conclusión de la presencia de tres ramas del Sistema Nervioso Autónomo que, recordamos, es el encargado de las funciones automáticas e involuntarias del cuerpo.
El Trauma y el Sistema Nervioso
El trauma, ya sea resultado de un evento único o de una acumulación de experiencias estresantes, altera el equilibrio del sistema nervioso. Este sistema, compuesto por las ramas simpática y parasimpática, regula nuestras respuestas al estrés y la relajación.
Cuando vivimos un evento traumático, el sistema nervioso puede entrar en un estado de hiperactivación (lucha o huida) o hipoactivación (congelación o colapso). Ambas respuestas, diseñadas para protegernos en situaciones de peligro, pueden verse afectadas si no se procesa el evento adecuadamente, lo que puede conllevar síntomas como problemas físicos, ansiedad, desconexión, o dificultad para establecer relaciones saludables.
Pero hay algo más. A parte de lo que la persona puede haber vivido, el trauma no solo afecta al individuo, sino que puede transmitirse generacionalmente. Las dinámicas no resueltas de dolor, culpa o exclusión en un sistema familiar pueden manifestarse como bloqueos emocionales en las generaciones posteriores.
Conexión con el Sistema Nervioso
El trabajo con constelaciones familiares está intrínsecamente relacionado con el sistema nervioso. Cuando el trauma se aborda en el contexto de una constelación, es crucial prestar atención a las respuestas somáticas del participante. Por ejemplo:
- Reconocimiento del trauma: identificar figuras o eventos relacionados con el trauma permite liberar tensiones acumuladas en el sistema nervioso.
- Seguridad y regulación: el facilitador puede integrar prácticas somáticas, como respiración consciente o ejercicios de grounding, para mantener al participante en un estado de equilibrio.
- Consciencia del cuerpo: durante una sesión de psicoterapia o de constelaciones, el cuerpo del cliente puede darnos pistas de qué está pasando a modo inconsciente. El cuerpo sirve como guía y como puerta de entrada a la sanación.
- Movimientos restaurativos: actos simbólicos dentro de la constelación pueden ayudar al sistema nervioso a completar respuestas de lucha, huida o congelación que quedaron interrumpidas.
Sanación e Integración
El objetivo de trabajar el trauma en las constelaciones familiares no es revivir el dolor, sino integrarlo. Al reconocer las dinámicas familiares y restaurar el orden sistémico, se libera energía retenida y se fomenta una sensación de seguridad y pertenencia. Esto facilita que el sistema nervioso recupere su capacidad natural de autorregulación.
Además, las constelaciones familiares pueden complementarse con psicoeducación sobre el trauma y el sistema nervioso. Entender cómo funcionan nuestras respuestas automáticas y cómo afectan nuestras relaciones es un paso crucial hacia la sanación.
Conclusión
El trauma afecta tanto al individuo como al sistema familiar en su conjunto, dejando huellas en el cuerpo y el sistema nervioso. Las constelaciones familiares, al abordar estas dinámicas desde una perspectiva sistémica y somática, ofrecen una vía para liberar bloqueos, restaurar el equilibrio y promover la integración del trauma. Este enfoque holístico no solo facilita la sanación personal, sino que también impacta positivamente en las generaciones futuras.