Solemos estar muy pendientes de nuestro niño interior, pero raras veces miramos a nuestro adolescente interior, aquel que se sentía perdido, desorientado, desconcertado y que aún hoy continúa habitándonos y asomándose en muchas áreas y situaciones de nuestra vida.
La adolescencia en una etapa de desafíos, de cuestionamientos, de provocación al mundo adulto (sobre todo a los padres), para comenzar a definir nuestra identidad. A pesar de ser un proceso iniciático muy profundo, en pocas ocasiones tuvimos el sostén y la guía para afrontarlo sanamente.
Todo esto se desencadena en una crisis que muchas veces no se vive como oportunidad.
Desde lo sistémico, entrar en la mala conciencia que ocasiona ir contra los mandatos familiares, provocaba un sunami emocional que va de la irritación y el enfado a la sumisión y represión.
En la búsqueda de la libertad, nos volvemos más prisioneros de nuestras lealtades.
Y todo esto en muchos casos queda grabado en el cuerpo físico, emocional y mental.
Para acompañar esta fascinante y desconcertante etapa de cambios que representa la adolescencia, es importante tener en consideración la pertenencia a los diferentes sistemas que interactúan entre sí, como a las relaciones y vínculos que se entremezclan, para encontrar y restablecer el orden que es preciso observar y respetar a fin de que el adolescente pueda sentirse seguro.
Esta pertenencia tiene que ver con los sistemas: Familiar (relaciones entre padres, abuelos, hermanos, relativos a la pertenencia, jerarquía y equilibrio); Escolar (relaciones entre la familia y el centro escolar, maestros, dirección, alumnos, bullying…); Social (amistades, familias de otros alumnos, instituciones…)
Cuando en los sistemas hay orden, el adolescente puede encontrar una sana identificación a través de adultos responsables, capaces de sostener sin agobiar y de poner límites sin limitar.
¿Qué te llevarás con este taller?
El propósito de este módulo es una invitación a realizar un recorrido por esa interesante etapa que es la adolescencia y ayudar a revelar todo aquello que quedó sin resolver en tu propia adolescencia.
Lo que te proponemos es atravesar el duelo que representa abandonar la niñez, para entrar en la siguiente etapa. Cuando no podemos completar las etapas evolutivas, algo de nosotros se queda frenado en la fase anterior y es la causa de que muchos de nuestros proyectos se queden bloqueados y sin energía para llevarlos a término.
Si tienes hijos adolescentes, es una oportunidad para revisar cómo lo estáis resolviendo en casa y al mismo tiempo, poder sanar, aquello que tu hijo está reflejando de tu propio adolescente interior herido. Porque todo aquello que no hayas resuelto, tu hijo lo va a manifestar para que tú puedas verlo en el espejo de sus emociones desbocadas.
Temario
- Abrazar al adolescente herido y habilitar al adulto.
- Movimientos amorosos interrumpidos en la adolescencia.
- Los mandatos y la lealtad familiar.
- La buena y la mala conciencia.
- Lo tribal. El valor de la pertenencia a la tribu.
- El sistema familiar, escolar, social.
- Visualizaciones.
- Ejercicios de anclaje, dinámicas y práctica.
- Puesta en común y comprensión de los movimientos.